Psicoterapia para adolescentes

La etapa de la adolescencia conlleva una serie de transformaciones físicas, emocionales y familiares que constituyen un desafío tanto para los jóvenes como para sus padres. Contar con la orientación de un profesional durante este periodo permite a los adolescentes abordar sus desafíos y riesgos con mayor conciencia, al tiempo que proporciona a los padres herramientas para promover el bienestar emocional de sus hijos.
Dado que los adolescentes están cada vez más capacitados para expresar y comunicar sus inquietudes, la terapia para adolescentes se basa principalmente en el diálogo como herramienta principal. A través de este, los terapeutas trabajan para establecer un ambiente de confianza y confidencialidad que permita al adolescente explorar y resolver sus dificultades.
Estas son algunas de las razones por las que se acude a terapia:
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Problemas emocionales: Como la ansiedad, la depresión, el estrés, la ira o la tristeza intensa, que pueden surgir debido a la presión académica, conflictos familiares, problemas de relación, entre otros.
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Dificultades en las relaciones: Problemas con amigos, compañeros de clase o familiares, conflictos en relaciones amorosas, problemas de comunicación, etc.
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Presión social: Sentimientos de inadecuación, baja autoestima, preocupación por la imagen corporal, bullying, exclusión social, etc.
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Crisis de identidad: Confusión sobre quiénes son, su orientación sexual, su lugar en el mundo, su futuro, etc.
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Traumas: Experiencias traumáticas como abuso, divorcio de los padres, violencia, pérdida de seres queridos, etc.
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Problemas de comportamiento: Conductas desafiantes, agresión, conductas autodestructivas, abuso de sustancias, trastornos alimentarios, etc.
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Problemas académicos: Dificultades para concentrarse, bajo rendimiento escolar, falta de motivación, etc.
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Transiciones y cambios: Adaptarse a nuevas situaciones como mudanzas, cambios de escuela, separación de los padres, etc.
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Problemas de salud mental: Trastornos como la ansiedad, la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), trastornos de la alimentación, entre otros.
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Desarrollo personal: Buscar orientación para entenderse a sí mismos, mejorar la autoestima, desarrollar habilidades de afrontamiento y resolución de problemas, etc.